Para que un concierto salga perfecto, Pablo Alborán tiene que completar su lista de rituales.
Alborán ha confesado que hasta en dos ocasiones ha querido llevar en toda la gira las mismas botas.
Como él mismo contaba “daba igual lo que yo me pusiera arriba. Iba combinado como un cuadro impresionista”.
El artista no podía ni imaginarse subirse al escenario sin sus preciadas botas blancas, que eran como un amuleto de la suerte.
Dentro de su rutina obligatoria preconcierto, Pablo tiene que tener algun “dulces de goma” en el camerino, como por ejemplo las culebritas, que son un vicio imprescindible.
Como muchos artistas, minutos previos al concierto Alborán tiene que abrazar al equipo por un orden específico.