Isabel, más Pantoja que nunca medio siglo después

A las 21.35 de este sábado primero del otoño de 2023 ha vuelto Isabel Pantoja. Para los comunes de los mortales esto quedaría como una frase más sobre una cantante más, pero ha sido el inicio de la gira que celebra medio siglo en los escenarios de la sevillana, y encima en su tierra, y encima ante miles de incondicionales arropándola como si fuese alguien de su familia cantando el salón de casa.

Justo había oscurecido sobre el estadio de La Cartuja, a un ratito a pie de la Triana que la vio nacer hace “veintitantas primaveras”, cuando la orquesta ha arropado la salida al escenario de una Pantoja pletórica, con un festivo con escote de barco con tonos beiges y una falda floreada de esas que solo saben llevar las copleras de toda la vida, las que llenan estadios con 40 músicos o peñas flamencas con un guitarrista.

“Isabel, yo me llamo Isabel, Isabel…” -y miles de gargantas han gritado ¡Pantoja!-. Le ha venido bien el coro a la artista, porque cantar con lágrimas en los ojos no debe ser fácil. Se le ha notado durante más de tres horas que lo de esta noche no era un concierto cualquiera. Ha suspirado para poder dar las buenas noches y ha hablado a la gente como si estuviera en el salón de su casa con unos amigos.

Salvados los problemas con su auricular, que en las primeras canciones le ha hecho llevarse la mano al oído derecho más de la cuenta, Isabel, más Pantoja que nunca, ha paseado su falda de vuelo y su melena ondulada por el escenario mientras la orquesta la seguía, evidenciando, eso sí, que el concierto abría gira. “El directo es lo que tiene, que aquí no viene nada de nada de nada grabado”, ha dicho al no cuadrar su voz un instante con el piano.

Con arreglos nuevos adaptados para la noche en ‘Embrujá por tu querer’, y con la evidencia de que en la copla se mueve como nadie, como si hubiese nacido para llevar los ecos de Concha Piquer a los tiempos de la Inteligencia Artificial, Isabel Pantoja ha repasado su carrera desde sus primeros discos hasta anteayer. Por cierto, su voz, la voz, sus tonos, sus armonías…, todo suena en su garganta como un CD, igual que siempre ha sonado, por muchos avatares que la vida le haya colocado en su camino personal.

Lágrimas al recordar a su padre y su madre en ‘Aquí he nacido’: “Chiquetete, mi padre / fue gaditano / sevillana mi madre / buen mano a mano”; coros del público en ‘El Señorito’, de su sexto disco, y parecía mentira que gente joven conociese su repertorio de finales de los 70 y principios de los 80. Pero es que ella es Isabel Pantoja, y en el día del 80 cumpleaños de Julio Iglesias parecía reivindicar su sitio como la “otra” grande de la música española, pero en activo.

El concierto va transcurriendo, llegan las sevillanas. Sevillanas cantadas por Isabel Pantoja en Sevilla. En este párrafo poco más se puede añadir. Para qué.

Antes, había lamentado que Barcelona, dando gritos, despidió a Carmen Amaya, y después se paró en un popurrí de cuatro canciones de ‘Marinero de luces’, el disco escrito por José Luis Perales para que volviese a ser Pantoja del todo tras la muerte de Paquirri. “Hoy quiero confesar que estoy algo cansada”, canta Isabel, antes de pasar de Perales a Juan Gabriel para glosar a la Virgen del Rocío y confesar que, más que nunca, esta noche en Sevilla se le ha enamorado el alma.

Y todavía quedaba un paseo por México con el mariachi Los Tenampas, que son navarros, eso sí, otra pelea con el auricular, o darlo todo en ‘Abrázame muy fuerte’, un tema al que solo puede llegar en todos sus tonos una garganta como la suya, fruto de las manos de Alberto Aguilera Valadez. Ni el gol de Miranda para el Betis que valió una Copa del Rey en la portería que fue eliminada para colocar el escenario de esta noche levantó una ovación como la de ese tema.

La crónica de la noche no podría obviar que hasta el escenario se ha acercado a saludarla Shirley Bassey, la mítica cantante galesa a la que conoció en marzo en el Baile de la Rosa de Mónaco.

Y Garlochí y hasta siempre. Y a preparar las maletas, porque la gira ’50 años’, al final, es el anticipo de un doble disco que saldrá al mercado con los polvorones, que Isabel Pantoja se comerá en la carretera, porque ya tiene cerrada fechas en Barcelona, el 30 de diciembre en el Palau Sant Jordi; Bilbao, el 13 de enero de 2024 en el Bilbao Arena Miribilla: y en Madrid, el 13 de abril en el Wizink Center. Así cumple medio siglo Isabel Pantoja, cantando, y también es Maribel, ‘pa’ que usted escoja.

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