El jabón es un producto de higiene que disuelve la grasa y la elimina. Los expertos explican cómo debe aplicarlo.
Bañarse es un hábito saludable que puede traer consigo muchos beneficios a nivel físico y mental, señalan los expertos.
Además de quitar la suciedad, las personas que incluyen la ducha dentro de sus rutinas pueden evitar la irritación, inflamación y llagas causadas por la acumulación de células muertas en la piel.
Sin dejar a un lado que disminuye el riesgo de infección al eliminar la carga bacteriana y fúngica del entorno, de acuerdo con la doctora Amy Zack para Cleveland Clinic.
“Los baños también crean un buen ambiente para la meditación, el pensamiento y el escape de los factores estresantes cotidianos”, explica la especialista en el portal mencionado anteriormente.
Las rutinas y las dinámicas de aseo general varían dependiendo de la cultura y de cada caso en específico. Mientras hay algunos que toman duchas todos los días, otros optan por hacerlo de manera no tan frecuente. Esta diversidad a la hora de bañarse se extiende en términos de duración, productos de limpieza y hábitos.
¿Es bueno restregar el jabón en la ducha?
Brandon Mitchell, profesor asistente de dermatología de la Universidad de Washington, recomienda no abusar del jabón durante la ducha.
En diálogo con ‘Time’, aseguró: “Les digo a los pacientes que se duchan a diario que no se enjabonen todo el cuerpo. Algunas personas con el cuero cabelludo y el cabello secos probablemente solo necesiten enjabonarse cada pocas semanas”.
Robert H. Shmerling, miembro de la facultad de medicina de Harvard, advierte en el blog especializado en salud de la institución que lavar y restregar el cuerpo puede hacer que pierda su capa de grasa natural, que es un signo de una piel normal y sana.
En esa línea, lavarse la cara con demasiada frecuencia también puede provocar la desaparición de aceites esenciales y generar brotes de acné e irritación, puntualiza la doctora Madhuri Agarwal en entrevista con ‘Vogue’.
Cristina Villegas Fernández, jefe de servicio del Hospital Universitario La Moraleja, afirmó para ‘ABC’ que, para las personas que poseen piel sensible, deben evitar frotar su cuerpo con esponja. Lo mejor, dice la experta, es aplicar el producto con la mano, retirarlo con agua y después secarlo suavemente con una toalla, que sea diferente a la que se usa en el rostro.
Si se trata de una piel normal, se puede hacer uso de esponja, pero en zonas específicas como rodillas, codos y talones, donde por lo general se acumula la suciedad. Aunque no brinda un tiempo específico, lo ideal es no hacerlo en exceso o con brusquedad.
En todo caso, los especialistas apuestan por el uso de jabones neutros y sin perfume, en tanto los antibacterianos pueden alterar el equilibrio de los microorganismos en la piel y fomentar la aparición de unos más resistentes a los antibióticos, de acuerdo con Shmerling.
No existe una respuesta unánime con respecto al tiempo que una persona debe frotar el jabón para quedar completamente limpio. Lo importante es no hacerlo en exceso y evaluar el caso según las necesidades de la piel.