En la actualidad, el uso de edulcorantes es muy habitual en la alimentación. Estos han ido ganando terreno como sustitutivo del azúcar, sin embargo, el problema real no es su consumo si no su abuso.
El simple gesto de prepararse un café a primera hora de la mañana o después de comer lleva implícito en más de una ocasión echarle algún tipo de edulcorante artificial con el que endulzar el característico sabor amargo de este estimulante.
Este endulzante, más conocido como sacarina, se utiliza cada vez más en España como sustitutivo del azúcar.
Sin embargo, aunque durante años se ha ganado la fama de saludable, a la vez que se demonizaba al azúcar como un alimento malo, la Organización Mundial de la Salud se ha pronunciado acerca de los riesgos para salud y, de entre todos, cuál es más recomendable para cuidar la dieta.
Pero todavía hay más. Asimismo, este organismo internacional sostiene que consumir alguno de ellos aumenta el riesgo cardiovascular, aunque nuevas evidencias sugerirían que sus daños van incluso a más.
Este es, en resumen, la conclusión a la que ha llegado un nuevo estudio publicado en el Journal of Toxicology and Environmental Health, que se ha centrado en un edulcorante artificial en especial, la sucralosa.
Su consumo sería capaz de dañar el ADN celular, han determinado los investigadores, lo que aumenta muy especialmente el riesgo de sufrir cáncer.
La estevia, uno de los edulcorantes más extendidos
Entre la gran oferta de edulcorantes intensivos que se encuentran en el mercado, destacan el aspartamo, ciclamatos, sacarina, acesulfamo K, sucralosa, taumatina, neohesperidina y estevia, que son capaces de endulzar entre 50 y 2.500 veces más que el azúcar y, además, casi no aportan calorías.
Pero, al igual que los polialcoholes, son aditivos. Pero la OMS va un paso más allá y se centra en la estevia: “su poder edulcorante proviene de unas sustancias denominadas ‘glucósidos de esteviol’, muy resistentes al calor, de alta solubilidad y que no aportan calorías.
Pueden tomarla sin problemas las personas que no pueden consumir aspartame, uno de los edulcorantes comercialmente más extendidos.
A pesar de su origen natural, no hay que olvidar que se trata de un aditivo (E960) y, como tal, tiene establecida una Ingesta Diaria Admisible (IDA: 4 mg por kg de peso corporal y día), que conviene no superar ni en adultos ni niños”.
Dicho esto, la recomendación es que la sacarina, estevia, azucarillo u otras opciones son válidas con un consumo moderado, y ninguna más perjudicial que la otra, aunque no hay tampoco ninguna particularmente sana, que se diferencia a gran escala del resto.
Cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
La diferencia, está en el consumidor, en el estado de salud del mismo y el uso que se haga del edulcorante.