Vivimos en una época en la que casi todos padecen de pensar en exceso. Desde un niño en edad escolar hasta una persona jubilada, todos tienen algunas cosas en sus vidas que mantienen sus mentes ocupadas e inquietas. Algunas personas no le dan vueltas al asunto, pero otras sí, y se convierte en una parte de ellos que no les gusta en absoluto. Pero, ¿cómo diferenciar entre pensar y pensar en exceso?
¿Alguna vez te has encontrado incapaz de dejar de preocuparte por una situación o un problema, a pesar de que ya has pasado horas pensando en ello? ¿Te pones nervioso o ansioso simplemente pensando en un escenario y luego te das cuenta de que salió mejor de lo esperado? ¿Actúas por algo que aún no ha sucedido pero crees que sucederá y quieres asegurarte de estar preparado, solo para darte cuenta de que nunca sucede?
Si es así, es posible que seas víctima de pensar en exceso. El análisis excesivo puede afectar seriamente tu salud mental, causando estrés, ansiedad e incluso depresión. Puede convertirse en un obstáculo en tu vida diaria y puedes encontrar que realizar tus tareas cotidianas se vuelve más difícil de completar.
¿Qué causa el exceso de análisis? Hay muchas causas para el exceso de análisis. A continuación, se mencionan algunas de las causas más comunes:
Perfeccionismo: Las personas con altos estándares para sí mismas y que son perfeccionistas a menudo analizan en exceso las situaciones para evitar cometer errores o ser juzgadas por los demás.
Trauma: Las personas que han experimentado traumas o abusos pueden analizar en exceso para evitar situaciones similares en el futuro.
Ansiedad y depresión: El análisis excesivo puede ser un síntoma de ansiedad y depresión. Las personas que están ansiosas o deprimidas a menudo piensan en exceso como una forma de lidiar con sus emociones.
Falta de control: Las personas que sienten que no tienen control sobre sus vidas a menudo piensan en exceso como una forma de recuperar el control. ¿Analizas en exceso? ¿Estás pensando si analizas en exceso o no? Detente y observa si estás enfrentando alguno de los siguientes efectos en tu vida.
Dificultad para tomar decisiones: tiendes a comenzar a pensar en los resultados y te sumerges en ello y, al final, no puedes tomar una decisión. Pensamientos acelerados: tienes muchos pensamientos sobre un tema.
Algunos están relacionados y otros son imaginarios. Pero no puedes dejar de pensar en ellos. Preocupación constante: sigues preocupándote por el resultado o los resultados incluso cuando no están bajo tu control.
A veces, incluso si conoces el resultado, comienzas a pensar y a crear escenarios ficticios que llevan a más preocupaciones.
Dificultad para dormir: simplemente no puedes detener tus pensamientos y encontrar paz. Dificultad para concentrarse en las tareas: tiendes a posponer o retrasar una tarea solo porque empiezas a pensar en otra cosa y pierdes el enfoque en la tarea en cuestion.
No puedes erradicar el exceso de análisis de tu sistema, pero sí puedes controlarlo e incluso comenzar a usarlo a tu favor. Lo primero que debes hacer es decidirte a controlarlo y hacer esfuerzos sinceros. Este es un paso muy importante, ya que controlar tus pensamientos no será tarea fácil y las personas tienden a rendirse muy pronto. A continuación, se presentan algunas técnicas y métodos que puedes utilizar para controlar tus pensamientos en lugar de dejar que ellos te controlen a ti.
Atención plena: La atención plena es una técnica que implica estar presente en el momento y centrarse en el presente en lugar de preocuparse por el futuro o el pasado. Esta técnica es sugerida por casi todos y hay muchas guías para perfeccionarla. Practicar la atención plena puede ayudarte a reducir el exceso de análisis entrenando a tu cerebro para mantenerse enfocado en el presente. Simplemente, sé consciente de tus pensamientos; cada vez que te veas perdiendo el control sobre ellos, detente y vuelve al presente.
Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es un tipo de terapia que ayuda a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos. Puede ser un tratamiento efectivo para el exceso de análisis. Esto se hace principalmente con la ayuda de un guía o profesional.
Ejercicio: Se ha demostrado que el ejercicio reduce el estrés y la ansiedad, lo que puede ayudar a las personas a reducir el exceso de análisis. Hacer ejercicio cambia tu enfoque de tu mente a tu cuerpo. Esto ayuda a mantener tu mente en paz y tu cuerpo en forma.
Dormir: Dormir lo suficiente es importante para reducir el exceso de análisis. La falta de sueño puede exacerbar los síntomas de ansiedad y depresión, empeorando el exceso de análisis.
Afirmaciones: Hay momentos en los que, hagas lo que hagas, no puedes evitar pensar en exceso debido a las circunstancias. En esas situaciones, puedes cambiar tus pensamientos y comenzar a pensar en todos los resultados positivos posibles. Esto asegurará que no te hagas sentir miserable y ayudará a relajar tu mente.
Medicación: En algunos casos, la medicación puede ser necesaria para tratar los síntomas del exceso de análisis. Los antidepresivos y los medicamentos contra la ansiedad pueden ser efectivos para reducir el exceso de análisis. Pero nunca tomes medicamentos sin un diagnóstico adecuado de un profesional. En lugar de curar, puede causar más daño.
En conclusión, el exceso de análisis puede ser una condición debilitante que puede interferir con las actividades diarias, las relaciones y el trabajo. Es importante identificar las causas y síntomas del exceso de análisis para tratarlo de manera efectiva lo antes posible. La atención plena, la terapia cognitivo-conductual, el ejercicio, las afirmaciones, la medicación y el sueño son formas efectivas de controlar el exceso de análisis. Si te encuentras incapaz de dejar de preocuparte por una situación o problema, busca ayuda profesional para obtener el apoyo que necesitas para superar el exceso de análisis.