El dolor que experimentan los pacientes que tienen problemas de espalda dificulta que puedan mantener con normalidad relaciones sexuales con su pareja.
A ello se añade el miedo a lesionarse aún más o la dificultad que existe para poder consultar con el médico o para poder encontrar información fiable en internet y redes.
Dolores preexistentes y dolores generados por el sexo
Puede ser que el dolor sea preexistente y que se agrave con las relaciones o bien que sean las propias relaciones las que generen de forma constante un dolor que no existía.
También nos consultan los pacientes intervenidos sobre cuándo y cómo es seguro reiniciar las relaciones sexuales con sus parejas.
El primer mensaje que debemos transmitir es que mantener relaciones sexuales es seguro, aunque se padezca un problema de columna.
Es decir, en la gran mayoría de los casos por mantener relaciones sexuales no vamos a agravar una lesión que ya existe.
Otro aspecto diferente es si el dolor nos va a permitir mantener relaciones. En este sentido, podemos tomar medicación analgésica o adoptar la posición en la que no notemos dolor.
En general, recomendamos a los pacientes intervenidos que se abstengan de mantener relaciones al menos durante un mes tras la intervención.
El motivo es que con frecuencia colocamos implantes que precisan de un tiempo mínimo para su buen anclaje. Así mismo, necesitamos ese mes para obtener una mínima cicatrización de los tejidos.
Las técnicas quirúrgicas actuales de cirugía mínimamente invasivas guiadas por robot disminuyen el dolor postoperatorio y acortan el tiempo que precisan nuestros tejidos para cicatrizar.